LA MINERIA EN EL PERU
ESCENARIO Y TENDENCIAS
La minería ha sido desde nuestra cultura ancestral, es en la actualidad y será hacia el futuro, un soporte estratégico de importancia en los procesos del desarrollo económico y social del Perú. Asistimos, más allá de las variaciones de coyuntura, a un nuevo ciclo de expansión, con perspectivas de mediano y largo plazo. Las coyunturas pueden afectarnos pero nuestro potencial sigue representando un soporte estratégico, más allá de las estrategias de los actores confrontacionales, que buscan bloquearla, sin propuestas alternativas de soporte para nuestro desarrollo.
En diferencia a los períodos anteriores, hoy resulta más claro que la viabilidad del nuevo ciclo minero, no dependen solo de las dinámicas de los mercados o las autorizaciones oficiales, sino de la capacidad de concebir y gestionar los procesos del presente ciclo minero, como la oportunidad para superar las prácticas excluyentes e incorporar, de manera explícita, la relación entre territorios y familias y, a partir de ello, de las comunidades campesinas.
Comunidades que, antes de ser concebidos desde los enfoques colectivistas; expresan en realidad los intereses de las familias nucleares y ampliadas, para gestionar sus capitales naturales, en el que la minería debe posibilitarles los financiamientos necesarios para superar sus condiciones históricas de exclusión, pobreza e inequidades y financiar las infraestructuras para la gestión sostenible de los recursos hídricos, en un escenario y tendencias complejas derivadas de los procesos del cambio climático. Soporte para que la nueva minería sea vista por las familias y comunidades como oportunidad más que como amenazas.
Tras los constantes conflictos y sus tendencias, existen múltiples tensiones acumuladas frente a empresas que asumieron lo social y lo cultural como componentes marginales en su gestión, la gestión ambiental con criterios inmediatistas y sin considerar su valor determinante para otras actividades productivas, económicas, sociales y culturales. Condiciones en las que operan las estrategias de las fuerzas políticas y los actores confrontacionales.
Escenario en el que se evidencian las dimensiones de la crisis del Estado; expresadas en su ausencia en los espacios que más requieren de sus roles; sus limitaciones de gestión con resultados, aun contando con los recursos presupuestales, aportados en buena medida por los aportes de la minería y, a partir de ello, su crisis de legitimidad democrática, por no lograr resultados tangibles sobre las aspiraciones de las familias, comunidades y localidades. Marco en el que se requiere replantear las estrategias de la descentralización.
Las Tendencias Críticas y las Oportunidades desde la Nueva Minería
Ambientalmente Sostenible y Socialmente Inclusiva
En el escenario antes reseñado, los actores antimineros, liderados por los confrontacionales, que incluyen a los ex o reciclados senderistas, que vienen saliendo de las cárceles y obrando en alianza con los etnocaceristas, que incluyen a ex soldados, liderados por Antauro Humala, representan una amenaza a considerar y con la cual lidear; asegurando estrategias innovadoras y audaces de aporte a las familias nucleares y ampliadas y, desde ellas, posibilitar las alianzas sostenibles con las comunidades campesinas.
La estrategia de los actores confrontacionales contra la minería empresarial, sustentadas en la supuesta protección y defensa de los recursos naturales y del agua, en particular, desarrollan, a su vez, la estrategia de extender la minería ilegal y artesanal, con los impactos más críticos sobre las dimensiones ambientales y sociales
Alternativa concreta para que las familias logren, en un mes, ingresos que en sus actividades agropecuarias regulares les llevaría hasta 2 o 3 años de esfuerzos.
Es sobre esa realidad y oportunidad, que las fuerzas políticas confrontacionales vienen posicionándose en las comunidades y organizándolas, casi militarmente, a través de los reservistas, pertenecientes al fundamentalismo político. Las imágenes del conflicto en el Valle del Tambo, contra el proyecto Tía María, evidenciaron modalidades de confrontación altamente explosivas. Los precedentes de Tambo Grande en Piura, Tía María en Arequipa, Conga en Cajamarca, entre otros, tienen el mismo patrón y los mismos actores confrontacionales y la fuerza organizada de los mineros artesanales.
En un escenario de tal complejidad, hacer viable los proyectos mineros empresariales, pasa por superar las concepciones que asumen los territorios y actores de sus operaciones como ajenos y externos y hacer de las gerencias de relaciones comunitarias, instancias para organizar el asistencialismo y neutralizar a los dirigentes o defenderse de las presiones sociales.
En tal escenario, viabilizar los proyectos mineros empresariales, requieren operar con concepciones y valores de “Nueva Minería”; entendida como la de obrar como un socio estratégico para el desarrollo familiar, comunal y local; con enfoques y prácticas ambientalmente sostenibles, socialmente inclusivos y culturalmente respetuosos. Sólo así será posible superar la percepción histórica y actual que vincula a la minería empresarial no como una oportunidad sino como una amenaza. El desafío es lograr que las poblaciones la vean como oportunidad para progresar como familias y pueblos y de manera muy especial para los jóvenes.